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El Problema de Robinson Crusoe

¿Dónde está la utilidad de nuestra utilidades?

"¿Dónde está la utilidad de nuestras utilidades?/Volvamos a la verdad: vanidad de vanidades". Así escribe Antonio Machado, en el XXVII de sus "Proverbios y Cantares". No sé si estoy extrapolando mucho, pero me parece una manera muy elegante y poética - cuasi filosófica - de resaltar la importancia de un análisis correcto del indicador estrella de la conveniencia de un proyecto, el Valor Actual Neto, o VAN.

El VAN es eso, "vanidad de vanidades" si no lo leemos de manera correcta. ¿Cuál es esa manera? Primero, entender qué significa. Luego, detectar cómo se genera: "dónde está la utilidad de nuestras utilidades".

El VAN se define, como es sabido, como la suma actualizada de todos los flujos netos del proyecto (es decir, los flujos que el proyecto genera cada período, definidos como los ingresos menos todos los costos relevantes), menos la inversión inicial. Ahora bien, si al calcular los flujos netos hemos restado todos los costos; si los hemos luego actualizado por una tasa de descuento, y si hemos finalmente restado la inversión, significa que al calcular el VAN hemos considerado todos los costos, incluso el costo de oportunidad del capital (en la tasa de descuento). Por consiguiente, el VAN refleja la riqueza neta que el proyecto creará - si lo ejecutamos correctamente - por encima de la rentabilidad alternativa (medida por la tasa de descuento). Si la rentabilidad alternativa refleja adecuadamente el riesgo del proyecto y mide la rentabilidad de la mejor alternativa de inversión en ese mercado, entonces el VAN expresa una renta económica.

¿Qué significa esto? Que el proyecto obtendrá una ganancia extraordinaria por encima de la rentabilidad del mercado. Pero en un mercado competitivo es muy difícil obtener una rentabilidad extraordinaria, pues la fuerza de la competencia lleva - en el mediano/largo plazo a que la rentabilidad que se obtiene de un emprendimiento tienda a igualarse con la de mercado. ¿Entonces? Entonces, el VAN puede ser una "vanidad de vanidades": puede estar midiendo no una renta económica sino mostrando un error en las proyecciones (¡muy optimistas!) o en la tasa de descuento (no refleja la mejor rentabilidad alternativa).

Si descartamos esos errores, debemos justificar por qué el proyecto obtendría una renta económica: ¿por qué razón, de qué manera, está el proyecto evitando la competencia, y mejorando la rentabilidad de mercado?

La pregunta es, entonces, sobre dónde está la utilidad de nuestras utilidades. ¿Dónde se genera el VAN? ¿Cuáles son los factores - nuestra utilidades - que generan valor? El arte de la evaluación de proyectos está en la determinación de esos factores críticos. Calcular el VAN es sólo el primer - e insuficiente - paso del proceso: el verdadero objetivo es entender por qué, y de qué manera, el proyecto genera un VAN positivo (o negativo). Como dice también Machado: "Bueno es saber que los vasos/Nos sirven para beber/Lo malo es que no sabemos/Para qué sirve la sed".

1 comentario

carlos -

Estoy seguro que Machado no lo escribio segun tu entendimiento, quizo decir que para que sirve todas nuestras ganancias, pues la riqueza es vanidad...